Fue fundada en Lima el último día del mes de octubre de 1925, en los tiempos en que desde la estación OAX, transmitían algunas piezas de música o se escuchaba la voz sonora de los primeros locutores: Juan Fernández Stoll y Rosa Hernando; la misma Lima, pequeña y pacata, que al poeta francés Paul Morand, le hicieron creer "que la Universidad estaba sovietizada y que el rector, un auténtico maestro, era un líder comunista". Ocurrió que cuando José Carlos Mariátegui, por entonces de treintaiun años, se encontraba en delicado estado de salud luego que le fuera amputada la pierna en el antiguo Hospital Italiano; en medio de su tristeza y desaliento, "comprometió a su hermano Julio César, a trasladar su pequeña imprenta de Huaral a Lima" con el fin de poder cumplir su proyecto editorial; el proyecto de fundar la "Editorial, Imprenta y Librería Minerva". Uno de los que lo acompañó desde sus inicios fue el escritor y poeta Manuel Beltroy Vera. Quizá aquella fue la misma imprenta que se adquirió en Italia; la misma con la que se imprimieron los libros más destacados de la "vanguardia y del indigenismo". En esa misma época fueron publicadas muchas revistas pero pocos diarios nuevos; diarios que intentaban sobrevivir sin comprometer su línea editorial al gobierno. Los intelectuales de entonces, los que no simpatizaban con Leguía, debieron buscar refugio en las revistas culturales como el semanario La Perricholi editado por Ezequiel Balarezo quien, dos años después, editó La Noche, aquel diario de prosa fina y elegante, que salía a venderse apenas se encendían las primeras luces de la noche.
José Carlos Mariátegui era de baja estatura, de ojos penetrantes y cara de "artista y visionario". De vocabulario escogido, su hablar era preciso. Era incapaz de ofender a nadie. A su regreso de Europa, fija su residencia en la calle Washington, cerca al aristocrático Paseo Colón. Se levantaba temprano, a las siete; luego del desayuno, se ponía a trabajar sin detenerse desde las ocho hasta la una, siempre acompañado de sus libros que andaban desparramados, sin estar desordenados, por cada uno de los rincones de la casa. "Como los gatos, buscaba el calor". Unas veces trabajaba en el comedor; cuando la luz del sol lo acompañaba; en su escritorio y no pocas veces, al aire libre, en el patio interior. Allí, arrellanado en su chaise-longue, recibía en el "rincón rojo", a sus amigos y camaradas con sencillez, "dictando cátedra, sin proponérselo, acerca de los problemas sociales y políticos [..]".
Una fría noche de inicios de junio de 1927, miembros de la editora Claridad fueron sorprendidos por la policía mientras llevaban a cabo una reunión a la que habían citado a los distintos periódicos. Esa misma noche apresaron en su domicilio a los más conocidos y activos militantes de las organizaciones obreras además de algunos intelectuales y universitarios; todos, según la información de los diarios oficiales, habían sido detenidos al habérseles encontrado en una reunión considerada para ellos "clandestina". Sin embargo, la batida iba dirigida contra los obreros, contra la campaña anti imperialista, contra el APRA y la revista Amauta, fundada un año antes. El Ministro de Gobierno de ese entonces, el robusto Celestino Manchego Muñoz, un antiguo simpatizante del fallecido general Andrés A. Cáceres, afirmó, sin temor a equivocarse, que se había descubierto "nada menos que un complot comunista". El Comercio, órgano del Partido Civil, bajo la dirección de Antonio Miró Quesada, diario que había sido "reducido al silencio" desde los primeros años del régimen leguiísta, aprueba desde sus editoriales, esta represión mientras que a la mayor parte del público ésta "le parece grotesca"; la misma represión que lleva a la clausura de Amauta y al cierre de los talleres de la Editorial Minerva, ubicados en la desaparecida calle de Sagástegui. Dadas sus condiciones de salud, José Carlos Mariátegui, fue llevado al Hospital Militar de San Bartolomé; "prisión mía en el Hospital Militar donde permanecí seis días, al cabo de los cuales se me devolvió a mi domicilio con la notificación de que quedaba bajo la vigilancia de la policía". Apresaron a más de cuarenta ciudadanos, entre escritores, intelectuales y obreros; todos ellos fueron trasladados a la inhóspita isla San Lorenzo; mientras que otro grupo, fue recluido en los oscuros calabozos de la policía; en tanto que dos poetas fueron deportados a La Habana.
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"La Escena Contemporánea" fue el primer libro cuidadosamente corregido y elegantemente impreso por la Editorial Minerva, se trataba de una colección de ensayos y artículos escritos por José Carlos Mariátegui para diferentes revistas; pero además, salieron a la venta títulos como "El Nuevo Absoluto", ensayo escrito por el filósofo cajamarquino Mariano Iberico Rodríguez; "La aldea encantada" del que fue uno de sus mejores amigo: Abraham Valdelomar. "Lenin y el campesino ruso" de Máximo Gorki, el prosador predilecto de José Carlos Mariátegui. Don Manuel Beltroy tradujo el libro "Bubu de Montparnasse"; un bonito volumen ilustrado por Dunoyer de Segonzac y cuyo autor era el novelista francés Charles-Louis Philippe; "Kyra Kyralina" del misterioso autor rumano que escribía en francés, Panait Istrati y claro está, "7 Ensayos de Interpretación de la Realidad Peruana".
"La Escena Contemporánea" en 1925 y los "Siete Ensayos de Interpretación de la Realidad Peruana" en 1928, fueron los dos volúmenes escritos que dejó José Carlos Mariátegui. La viuda de Mariátegui, la señora Anna Chiappe, en una entrevista realizada en 1936 por el periodista de tendencia comunista, Jorge Falcón, le comentó: "Usted no se imagina cómo trabajó Mariátegui para terminar sus "7 Ensayos de Interpretación de la Realidad Peruana", que, como él decía, no eran más que los primeros ensayos. ¡Con qué interés, con cuánto fervor se ponía a la máquina a escribirlos, y qué satisfacción al terminarlos!"
Fuentes:
- 7 Ensayos de Interpretación de la Realidad Peruana, José Carlos Mariátegui
- José Carlos Mariátegui y Barranco, M. Gonzalo Bulnes Mallea
- Pensamiento y Acción en González Prada, Mariátegui y Haya de la Torre, Eugenio Chang Rodríguez
- Introducción a la historia de los medios de comunicación en el Perú, Juan Gargurevich
- Historia de la prensa peruana 1594-1990, J. Gargurevich
- Revista Mundial, 1925
- Antología de Lima, Raúl Porras Barrenechea