sábado, 11 de mayo de 2019

MANUEL ATANASIO FUENTES

"Se ha querido escribir mi vida, desde el momento en que nací [..]" había escrito en su sabrosa "Biografía del Murciélago" el mismo Manuel Atanasio Fuentes que cuenta que sus padres fueron casados, ambos eran solteros cuando se casaron y no habían hecho votos religiosos, ni tampoco tenían impedimentos. Sus abuelos eran españoles y no fueron ni marineros ni pulperos y sus hijos no fueron nunca ni "comerciantes quebrados, ni azotados por manos del verdugo, ambulantes o charlatanes". En toda su parentela no hubo un conde ni un noble pero sí gente honrada y de honrosas profesiones. Manuel Atanasio Fuentes, hijo del médico Francisco Fuentes y de Andrea Delgado nació en el Perú, estudió en el Perú y murió en el Perú. Nació temprano, a las siete y un poco más de la mañana de un frío día de inicios de mayo de un año antes de la independencia del Perú. Estudió en el Perú, claro, en el Convictorio de San Carlos o también llamado Carolino y era 1836 cuando inició a estudiar Filosofía y Derecho en las mismas épocas en que se escuchaba una marcha vibrante y entusiasta a la que llamaban La Salaverrina. A la muerte de su padre en 1837, fue becado y apadrinado nada menos que por una eminencia como Cayetano Heredia quien se lo llevó a estudiar medicina en el Colegio de la Independencia pero dicen que la guerra de la Confederación Perú-Boliviana paralizó sus estudios. No terminó la carrera pero la ejerció de manera clandestina pero esto no fue problema para crear en el país, aunque no lo crean, la carrera de Medicina Legal. Dicen que por esos tiempos y para no estar de brazos cruzados, empezó a hacer periodismo al puro estilo del que le gustaba: el satírico el mismo género del de su novela preferida, Gargantúa y Pantagruel escrita por el francés François Rabelais. No concluyó la carrera de Medicina pero como Jurista, Manuel Atanasio Fuentes, fue en la década del 1870, uno de los cuarenta y nueve abogados expeditos en Lima para litigar. Era un abogado de éxito y aunque la sátira era lo suyo, fue juez de Primera Instancia en la soleada Huánuco y ejerció la Fiscalía en la Corte Suprema y cuando no hacía de juez ni de fiscal colocaba su aviso en El Comercio en el que mandaba decir que ponía "a disposición de las personas que quisieran ocuparlo para la defensa de sus pleitos". Pleitos fue lo que se ganó por ese estilo "extremadamente cáustico" por el que también fue perseguido y deportado.
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Hay en Manuel Atanasio Fuentes un pesimismo constante, menciona Basadre, y esto porque decía que "es un remedio morir para no avergonzarse de ser peruano". Fuentes ha sido uno de los escritores más prolíficos del país y, aunque era bastante pesimista, editó una gran cantidad de libros, revistas y reeditó artículos del primer 'Mercurio Peruano' y no sólo en su país pues también lo hizo en Chile y Francia. Pesimista pero curiosamente escribió en 'La Broma' al lado de Ricardo Palma. Sin embargo, se había iniciado muy joven en el 'Busca Pique' justamente en las épocas de la guerra de la Confederación; colaboró luego en el semanario satírico 'El Heraldo' además en 'El Mercurio'. La sátira que nunca lo abandonó lo hizo famoso por el seudónimo de El Murciélago, título a la vez de un periódico íntegramente escrito por él y editado entre 1855 y 1884 aunque no de manera continua y en 1866 imprimió tres volúmenes que contienen una colección de artículos satíricos bajo el título de Aletazos de Murciélago. El mismo El Murciélago que llegó a ser director de El Peruano hacia 1868 en los tiempos de Balta. Pero Fuentes era abogado y como tal, con un vocabulario jurídico, publicó el 'Juicio de Trigamia' y el poema burlesco 'El Villarancidio'; pero lo más agudo que publicó fue el 'Catecismo del pueblo', áspero como era iba contra la democracia y los vicios nacionales. Pero su libro 'Lima' es, realmente pintoresco y ameno a pesar que Luis Alberto Sánchez mencione que por su estilo, "expresivamente llano y narrativo", carece de elegancia.
A Fuentes no le gustaba Piérola. Era su enemigo. Lo atacó duramente en los tiempos de la ocupación chilena de Lima en 1881; tiempos en los que tuvo que exiliarse; y es que tanto como la sátira, le gustaba el pleito pues lanzó sus dardos contra el General Iglesias a causa de la firma del Contrato Grace.
Manuel Atanasio Fuentes fue fiscal y esa fue su última profesión y fue "un acierto". Y como nació en el Perú también se murió en el Perú, en Barranco, en un día de verano de 1889.
Fuentes:
- Lima, Manuel Atanasio Fuentes/Prólogo de Franklin Pease
- El Comercio: Los aletazos de El Murciélago
- La literatura peruana, Luis Alberto Sánchez

1 comentario:

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