sábado, 11 de mayo de 2019

PERIODISTA DE PERIODISTAS: ALBERTO ULLOA CISNEROS

Había nacido en Lima un día de mayo de 1862 cuando Miguel San Román en los próximos meses recibiría la banda presidencial. Su padre fue el eminente médico y escritor Casimiro Ulloa y su madre, doña Catalina Cisneros. Su tío era Luis Benjamín Cisneros, "la voz poética mejor lograda del romanticismo". Estudió en pleno conflicto con Chile en la Facultad de Letras de San Marcos; conflicto en el que Alberto Ulloa Cisneros, con menos de veinte años, participó como oficial junto a quien años después sería su más férreo adversario político: Augusto B. Leguía. Al término de la guerra Ulloa se dedica a la compra y venta de vinos y aguardientes. Son años, como lo cuenta José Gálvez en "Una Lima que se va", en que se vivía mal y reinaban el escepticismo y la tristeza. Podía caminarse cuadras y cuadras en las noches silentes, "sin que se escuchara la música de un piano". Ardiente partidario pierolista, Alberto Ulloa fue director de El Tiempo, diario fundado en 1895 por Manuel Antonio Hoyos en tiempos en que gobernaba "El Califa". Pero en 1905 desaparece El Tiempo para mejorar La Prensa fundada por Pedro de Osma dos años antes. La escritura que suscriben Pedro de Osma y Alberto Ulloa señalaba que iba a ser "una publicación con carácter de absoluta independencia" pero el corazón de La Prensa era pierolista y eso no lo podían disimular. Su hijo Alberto Ulloa Sotomayor decía que su padre "era un periodista que carecía de capital, Osma era un capitalista que carecía de un escritor para La Prensa".

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Periodista de periodistas, Alberto Ulloa Cisneros, era el más animoso para que se construyera el edificio de la calle Baquíjano; además, adquiere por primera vez en el Perú una rotativa. Ulloa trae un nuevo concepto de periodismo. Reúne en torno suyo a un animado grupo de brillantes periodistas y escritores que le dan dinamismo al debate político. Ulloa hace periodismo político, periodismo doctrinario, periodismo apasionado y apasionante. Enrique Chirinos menciona que La Prensa "no tiene compromisos políticos", pero interpreta y escucha la voz del pueblo. Siente como propias las causas de Piérola y del Partido Demócrata. Ulloa, desde su despacho de director, dispara a diestra y siniestra la artillería pesada; Leonidas Yerovi, maneja la crónica rimada y picaresca. Luis Fernán Cisneros "opera la quinta columna" y las columnas de José María de la Jara eran de "tono tribunicio". Ulloa era implacable. Conoce la realidad del país, su historia y su geografía, sus problemas económicos, sus virtudes y sus miserias. Su prosa era demoledora. Solemne. Una verdadera prosa, una prosa sarcástica y agresiva. Una prosa "con la pasión de la verdad que llega a la crudeza".
Pero Alberto Ulloa desde sus enérgicos editoriales atacaba al civilismo. Ataca a los gobiernos de José Pardo y de Augusto B. Leguía. Fue Ulloa quien dio a La Prensa nivel de primera línea. Un tiempo se distancia de "El Califa" pero los acerca el infortunio cuando ni el propio Nicolás de Piérola ni Ulloa tomaron parte ni tuvieron conocimiento del asalto a palacio el 29 de mayo de 1909. Como se sabe, un grupo de demócratas encabezado por Carlos de Piérola, hermano de don Nicolás, y los hijos de éste Isaías y Amadeo, asaltó la vieja Casa de Pizarro, capturó al Presidente Leguía y quiso obligarlo a firmar su renuncia. La revuelta fracasó y los pierolistas huyeron. Según Basadre, esta revuelta fue "la más audaz que registra la historia del Perú desde el día en que los 'caballeros de la capa' asesinaron a Francisco Pizarro". Esa misma noche el local de La Prensa fue atacado por la policía y Ulloa junto a otros opositores, fueron apresados y llevados a la Intendencia. Un año después cuando recupera la libertad y la dirección del diario, Ulloa prosigue, con su "imperturbable y temeraria valentía", sus ataques contra el régimen leguiísta.
Raúl Porras Barrenechea ha dicho que "González Vigil y Toribio Pacheco encarnan los dos mejores instantes del periodismo peruano". A esos nombres, hay que añadir el de Alberto Ulloa "el que llevó su brío, su talento y su firmeza". Hacia el año quince, Ulloa vende a don Augusto Durand sus acciones de La Prensa. Por esas épocas incursiona esporádicamente en el periodismo, pero interviene todavía en la política desde su curul en la Cámara de Diputados, la curul en la que fue electo en 1913. Alberto Ulloa Cisneros, que había sido el fundador y primer jefe del Archivo de Límites a fines del siglo XIX, falleció a los cincuentisiete años un día de febrero de 1919. Días antes, Augusto B. Leguía, candidato presidencial, visitó a su tenaz opositor.
Fuentes:
- Tres periodistas: Ulloa - Cisneros - Beltrán, Enrique Chirinos Soto
- Historia de la prensa peruana 1594-1990, J. Gargurevich
- Historia de la República del Perú, Jorge Basadre

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