¡Don Germán ha renunciado! Parece ser que se ha peleado con su primo hermano y le han aceptado la renuncia ....... ¡Tremendo lío el que se ha armado! Ahora, ¿qué pasará? Saldrán todos los germancistas. Pero eso no es lo peor de todo. Han nombrado en su reemplazo a Rada y Gamio ...... ¡No puede ser! ¡Rada es un fantoche! Pero así es ......
Pedro José de Rada y Gamio había nacido en Arequipa por el año 1873. Muy joven, apenas con quince años, ingresó a la Universidad Nacional de San Agustín de Arequipa. Años después, logró el título de bachiller en Filosofía y Letras, además, se graduó también en Jurisprudencia. Tal parece que Rada y Gamio no era muy aceptado en los círculos políticos de ese entonces. El único que lo quería era el Presidente Leguía y ..... nadie más. Fue por eso que su designación como Ministro de Gobierno y Policía, allá por el año 1922, cayó como un baldazo de agua fría. Apenas asumió el cargo recibió, de repente, la más difícil de las órdenes: tomar prisionero al ministro renunciante, don Germán Leguía y Martínez ......! Era una persona que la gente, muchas veces, no la tomaba con seriedad, aunque, a veces, sí, infundía un cierto temor. Lo que quería demostrar el Presidente Leguía, era que las personas eran lo de menos, que lo importante era la autoridad. Autoridad suficiente para imponer respeto a su alrededor.
Don Germán Leguía y Martínez vivía con su esposa, doña Francisca "Panchita" Iturregui y sus hijos en la calle Juan Pablo, lo que hoy día es la cuadra seis del jirón Azángaro, esquina con la calle Pedro Jerónimo. Era una casa de un solo piso, muy grande y bonita. En una noche de mediados de octubre de 1922, una noche bastante fría donde el cielo era de un azul profundo e intenso, Rada y Gamio, vestido con un jacket oscuro, llegó hasta la casa del ex ministro acompañado por un buen número de gendarmes, algunos policías y unos cuantos soplones que no faltaban. Tocó la aldaba del portón de madera maciza. En la calle reinaba el silencio, era, pues, casi la medianoche. Volvió a tocar la puerta, esta vez, de una manera más intensa. Al no obtener una respuesta rápida, ordenó a su séquito romper el portón. En ese preciso momento salió al encuentro, alto como era y con un gran bigote, don Germán. ¡Pero, qué está sucediendo! "Con todo respeto, doctor, tengo orden especial del Presidente de la República de dar a usted toda clase de facilidades para salir al norte", le dijo Rada. "Entretanto -continuó- puede usted quedar detenido en su casa ...... salvo que sea preciso conducirlo al Panóptico". Mire, doctor, Leguía: "tenemos pruebas que usted ha conspirado. Ya cantaron los germancistas y todo lo acusa a usted". Don Germán profirió un par de fuertes insultos y de paso, le mandó unos cuantos "saludos" a su primo hermano. Sin embargo, y pese a todo, prefirió ir preso. Al poco tiempo, el ex ministro, era embarcado junto a otras personas, rumbo a Panamá.
Don Pedro José de Rada y Gamio, se casó con la señora Sara Ricketts y Murga. No tuvieron hijos. Era un personaje estrafalario, feo y muy singular. De baja estatura y con una abultada barriga. Era, según Basadre, "uno de los más típicos y pintorescos representantes del leguiísmo". Su andar era parecido al de Chaplin. Se hizo famoso por no tener pelo en las cejas y tampoco en su cabeza redonda. Apenas tenía un poco de bigote. Para muchos, Rada y Gamio, les parecía una caricatura. Por su manera de vestir con trajes bastante holgados, unos lo apodaban "chaqué con ruedas" mientras que otros le decían "perro parado". Sus discursos eran eternos, vacíos, melosos, llenos de adulación y elogios hacia el presidente.
Escritor y diplomático, Rada y Gamio, antes de ocupar la cartera del Ministerio de Gobierno y Policía, fue, por el año veintidós, Presidente de la Cámara de Diputados. También fue seleccionado por el Presidente como Alcalde de Lima, saltándose olímpicamente con garrocha la Constitución y la voluntad popular. Fue Ministro de Fomento y más tarde, de Relaciones Exteriores en la época que fue sancionado el Tratado con Colombia y luego el de Lima en el que Tacna se reincorporaba al Perú y Arica quedaba en Chile. Y a finales del régimen, llegó a ser Primer Ministro. Rada y Gamio vivía en la calle de San Pedro al frente del Palacio de Torre Tagle. En el amanecer del lunes 25 de agosto de 1930, luego de la caída del régimen de Leguía, las calles mostraban un aspecto bastante inquietante. Pequeños grupos de gente habían rodeado Palacio de Gobierno. Horas más tarde, en la misma Plaza de Armas, alguien dijo: ¡a la casa de Rada y Gamio! ¡a la casa de Rada y Gamio! Un grupo de enardecidos manifestantes se dirigió, entonces, hasta la vivienda del ex ministro. Los manifestantes ya frente a la casa, empezaron por arrojar piedras contra las puertas, balcones y ventanas. La casa con un hermoso zaguán y un patio interior adornado con algunas enredaderas, fue totalmente saqueada y destrozada por una turba que no pertenecía al pueblo exactamente. Rada y Gamio había sido tomado prisionero y fue confinado en la isla San Lorenzo pero enfermó. Al poco tiempo fue desterrado a Arica donde permaneció por largos años hasta que pudo regresar al Perú. Rada y Gamio falleció en Lima, en el año 1938 a los sesenta y cinco años.
Fuentes:
- Historia de la República del Perú, Jorge Basadre. Tomo IX, 1943
- "Los Burgueses", Luis Alberto Sánchez
- El Comercio 26/08/1930
- Historia de la República del Perú, Jorge Basadre. Tomo IX, 1943
- "Los Burgueses", Luis Alberto Sánchez
- El Comercio 26/08/1930
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