Cordial, de conversación interesante y fluida, muy ameno y con algunas pequeñas dosis de ironía, así era Manuel Candamo Iriarte, presidente de la República a inicios del siglo XX (1903-1904). Candamo nació en Lima el 14 de diciembre de 1841, pertenecía a una de las familias más adineradas de la época, su padre fue Pedro González de Candamo y su madre María de las Mercedes Iriarte y Odría. Estudió en el colegio de Nuestra Señora de Guadalupe, posteriormente cursó estudios en el colegio de San Carlos, donde alcanzó en setiembre de 1862, el grado de bachiller en Jurisprudencia, expedido por la universidad de San Marcos.
Hay poca información con respecto a su vida antes de la década de 1870. Se sabe que estuvo involucrado en actividades políticas, durante el gobierno del General Juan Antonio Pezet, fue desterrado por breve tiempo a Chile ya que, a través de artículos que escribía para El Comercio, mostraba su oposición a la firma del Tratado Vivanco-Pareja. A su regreso hizo campaña para apoyar la revolución de Mariano Ignacio Prado en contra de Juan Antonio Pezet.
Una etapa importante en su vida fue el viaje que realizó alrededor del mundo, se cree que fue por la década de 1860 o a inicios de 1870.
Nunca olvidó sus impresiones de ese viaje, con frecuencia hablaba entusiasmado de lo maravilloso que había sido conocer Rusia o la China; estuvo también en la India, ahí visitó Calcuta, Bombay y Delhi, además del Japón. Este último país le pareció fascinante, cuando una noche lo invitaron a cenar en casa de un "daymio", sentados en el suelo el anfitrión y los huéspedes, con costumbres que le parecían raras, los vestidos exóticos y la música alucinante de los "biwas", mientras afuera, en la calle, se escuchaba el silbato de la locomotora que partía para Yokohama y los transeúntes que iban y venían vestidos con la moda de París.
Unos años después en 1873, se casó con Teresa Álvarez Calderón Roldán (1850-1937), tuvieron siete hijos. Candamo era madrugador, laborioso y buen sibarita. Le gustaba mucho leer, se interesó por las ciencias económicas y las cuestiones diplomáticas pero también por el arte y la literatura. Jorge Basadre menciona que, Candamo tenía siempre sobre una pequeña mesa al lado de su escritorio, ediciones de obras serias que despertaban interés en Europa, así como ejemplares de las mejores revistas de Europa y América. Para ese entonces ya había ocupado su primer cargo público, pues fue nombrado Secretario de Segunda Clase de la Legación del Perú en Chile cuando tenía veintiséis años y, posteriormente, se desempeñó en la Legación de Francia, de la que no se tienen mayores detalles. Se dedica, junto a sus hermanos que residían en Europa, a actividades empresariales y financieras; fue directivo de The Anglo Peruvian Bank Limited, un banco de capitales ingleses y peruanos, este banco surgió a raíz de la exportación del guano en 1873. En 1876, cuando disminuyó el negocio, el banco cerró y fue reemplazado por el Banco Mercantil del Perú, que se dedicó a las operaciones salitreras con oficinas en Iquique y una sucursal en Lima.
Las fotografías, grabados y retratos de la época, lo muestran a Candamo con un rostro muy pálido, en la imágenes aparecía con una severidad que, sin embargo, en lo cotidiano él no era así, por lo menos en las cartas enviadas a su esposa, mostraba otra manera de ser. Vestía con terno oscuro y una camisa de cuello duro - vestimenta formal como era la costumbre -, que además de su bigote, le daban un aire más solemne aún; pero también era una persona que solía aligerar las tensiones con comentarios jocosos y hasta tomados en broma.
SU VIDA POLITICA
Manuel Candamo fue miembro del Partido Civil, el partido más antiguo del Perú, desde su fundación en 1872, colaboró junto al presidente Manuel Pardo y Lavalle, en el año 1875 fue enviado a París para realizar gestiones financieras relacionadas a la deuda externa peruana, gestiones - menciona Basadre - que tuvieron un resultado satisfactorio. Para entonces, José Antonio Miró Quesada, que acababa de asumir la dirección de El Comercio, lo convocó para que se pusiera al frente de "Crónicas", una sección dedicada a las noticias políticas más importantes. Ocupó el cargo de Teniente Alcalde de Lima, encargándose interinamente de la alcaldía de octubre a diciembre de 1876, en reemplazo de su titular Ignacio de Osma.
En 1879 al iniciarse la guerra con Chile, lo nombraron miembro de la "Junta Central Administradora de Donativos para la Guerra con Chile", cuyo objetivo era el de administrar el dinero que muchos peruanos y de muy diversas condiciones, aportaron para los gastos generados por el conflicto. En la etapa previa a las batallas de San Juan y Miraflores y ante el avance de la tropas chilenas hacia Lima, Candamo se embarcó junto a su esposa y sus hijos rumbo a Paita, porque consideraba que allí iban a estar mas seguros. A su regreso a Lima, se incorporó como soldado del ejército de la reserva y participó en la batalla de Miraflores. Su familia regresó una vez que se produjo la ocupación chilena de Lima. Transcurridos dos años de iniciada la guerra, Candamo formó, junto a Carlos Elías - su mejor amigo - y Elias Mujica, la denominada "Junta Patriótica", la formación de esta Junta trajo como consecuencia que Candamo y un grupo de civilistas fueran acusados por los chilenos de colaborar con las fuerzas de Andrés A. Cáceres, por este motivos fueron expatriados a Chile.
"Este inútil, cruel y extravagante cautiverio", menciona en una carta enviada a su esposa, fechada el 15 de noviembre de 1882 desde Angol, en donde estuvo alojado, junto a políticos, periodistas, propietarios agrícolas, hombres de letras, diplomáticos extranjeros, entre otros.
Catorce meses estuvo deportado, al terminar la guerra en 1883, regresó a Lima. Al año siguiente, fue nuevamente expatriado, esta vez fue el presidente Miguel Iglesias quien solicitó a las autoridades chilenas lo mantuvieran detenido junto a otros opositores políticos.
La etapa de la reconstrucción del país fue de especial interés para él, tenía cuarenta y dos años y estaba en plena madurez intelectual y humana. Mucho le preocupaba la reorganización de su partido. Para 1884 ya era representante por el Partido Civil en el Congreso de la República, fue presidente de la Cámara de Senadores en cinco Legislaturas desde 1888 a 1901, su actividad parlamentaria fue bastante activa e intensa.
Candamo fue un orador sobrio, directo, sin retórica innecesaria, jamás leyó un discurso, era a su vez muy buen polemista.Tenía muy buena memoria y su voz era sonora y agradable, de tonos fijos; no era violento ni agresivo.
Es igual de importante para Manuel Candamo el año 1895, cuando después de la breve guerra civil que derrocó al régimen del presidente Cáceres, fue nombrado para presidir la "Junta de Gobierno", la historia lo recuerda como una persona conciliadora, serena y, además, despertaba mucha confianza su honestidad y su criterio. El ocupar este cargo le trajo aún mayor prestigio y lo puso en una posición decisiva para reorganizar el Partido Civil. Al dejar la Junta de Gobierno ese mismo año, fue agasajado en el Club Nacional por un grupo de partidarios civilistas y por miembros de la Junta Nacional, "su sobriedad, su carácter nada personalista, su serenidad y limpieza de ánimo distante de todo protagonismo, facilitaron su elección como candidato a la presidencia de la República".
"Por medios lícitos, todo" y "Si entro a Palacio no será por la fuerza ni por la farsa"
El 22 de marzo de 1903, pronunció un discurso ante la Asamblea Civilista aceptando formalmente la candidatura con el apoyo del General Andrés A. Cáceres y su partido Constitucional. Su único propósito de ejercer la primera magistratura, dijo, era "velar por los intereses del Perú, buscando la colaboración de las personas más aptas, sin considerar sus adscripciones políticas". El 21 de agosto del mismo año fue ratificada por el Congreso de la República la elección de Candamo como presidente de la República para el periodo entre el 8 de setiembre de 1903 al 8 de setiembre de 1907. El 25 de agosto y, a raíz de su proclamación, se realizó un banquete en su honor en el Club Nacional, ahí estuvieron presentes entre otros, Augusto B. Leguía, Lizardo Alzamora, Clemente Althaus, José Antonio y Antonio Miró Quesada, Aurelio y Miguel Miró Quesada, José Pardo, Federico Elguera, Francisco Tudela y Varela. Diversos testimonios coinciden en manifestar que su llegada suscitó un ambiente de tranquilidad en la vida política, esto se debió a su espíritu conciliador, su personalidad y por sus vínculos con Nicolás de Piérola desde la época de la presidencia de la Junta de Gobierno en 1895.
Eran los tiempos en que la casona familiar, las oficinas, la residencia de Gobierno, el Parlamento, los tribunales, las redacciones de los periódicos y las tiendas estaban muy cerca unos de otros y se comunicaban; era la época en que la vida del club tenía una importancia decisiva en los negocios o en la política, en donde el tiempo sobraba, la vida era sencilla, sin embargo, no faltaban los personalismos y la obsesión por tener provecho, algo que Candamo jamás practicó.
En el país también se vivía una época de cambios, de interesantes transformaciones, era el inicio de un siglo nuevo, al Perú llegaron: el teléfono, la electricidad, la máquina de coser, la máquina de escribir, la bicicleta y pronto llegaría el automóvil. Con Candamo se inauguró el primer tranvía eléctrico.
Siendo presidente, Candamo planteó una reforma del sistema educativo, se propuso hacer una intensa política ferrocarrilera, para lo cual envió un proyecto al Senado, ley que fue promulgada el 30 de marzo de 1904. Fue su ministro de Hacienda, Augusto B. Leguía, quien estableció un aumento en las rentas fiscales, al constatar que el sistema tributario era casi nulo. Generó una polémica e intensos debates el proyecto enviado al Congreso de reforma de las tarifas sobre los alcoholes y los impuestos sobre el azúcar y el tabaco. También hubo un problema muy grave respecto a la salud que ocasionó gran inquietud y fue la peste bubónica que asoló el país en 1903.
"En el silencio de su gabinete, concebía las ideas principales; las escribía como apuntes, sin redondearlas desde el punto de vista literario; las repetía delante de uno o dos amigos, todo lo demás lo dejaba para la facilidad y corrección de su verbo y para el calor de la improvisación"
ENFERMEDAD Y MUERTE DE CANDAMO
Cuando Manuel Candamo fue proclamado presidente de la República ya presentaba problemas en su salud. Durante la campaña sufrió alguna indisposición lo que generó una serie de rumores de que su salud estuviera seriamente afectada. Una vez asumió el mandato, los malestares se fueron haciendo cada vez más frecuentes. A los siete meses de ejercer el cargo, en abril de 1904, su médico, el francés Félix Larré, le recomendó viajara a Arequipa con el fin de que se sometiera a unos baños termales - los baños de Jesús - esto, con la creencia que se trataba de un "reumatismo agudo". Candamo al llegar al andén del puerto fue recibido por múltiples personalidades entre ellos, sus ministros, embajadores, delegados apostólicos, etc. El 12 de abril zarpó del Callao el vapor "Guatemala", a Candamo lo acompañaban su esposa, dos de sus hijas, Teresa y María, su médico, dos de sus ministros: José Pardo y Francisco J. Eguiguren, todo fue bien durante el viaje incluso - menciona Basadre - tomaron un Champagne. Desembarcaron en el puerto de Mollendo en la mañana del 15 de abril, donde fue recibido por manifestaciones populares y oficiales en su honor. El 18 de abril, en una ceremonia privada, se realizó la transmisión del mando a su segundo vicepresidente, Serapio Calderón, quien regresó a Lima el 22 de ese mes. Al llegar a la ciudad de Arequipa, Candamo sufrió un desvanecimiento.
Por momentos su salud mejoraba levemente, salía a caminar cerca a la Prefectura en donde estaba alojado, la gente que lo veía pasar lo llamaba "Don Candamo".
A las tres semana de su arribo, Manuel Candamo falleció el 7 de mayo de 1904, a las 7:45am, a los sesenta y tres años en el local de la Prefectura, el certificado municipal de defunción indica que falleció a causa de una "dilatación y estenosis del píloro" y la autopsia refiere a una "degeneración esclerosa o cancerosa". En un testimonio de su hija María revela que la familia no era del todo consciente de la gravedad de la enfermedad, sobre todo, por la dificultad en el diagnóstico. Sus restos fueron trasladados a Lima donde, el 12 de mayo se celebraron las solemnes pompas fúnebres, en esos momentos se escuchó interpretar la marcha "Candamo", compuesta especialmente para esa ocasión.
En cuanto al ambiente político, el fallecimiento de Manuel Candamo perturbó la tranquilidad que se vivía en el país en esos momentos desde que fue elegido presidente. Tanto Cáceres, amigo suyo desde hacía tiempo y miembros del Partido Constitucional; como Piérola, que tuvo una simpatía personal hacia él y miembros de su partido, el Demócrata; habían mostrado respeto y consideración al presidente Candamo, esto debido a sus dotes personales. Antes que Candamo, su primer vicepresidente, José Lino Alarco, había fallecido, por lo que asumió el mandato su segundo vicepresidente Serapio Calderón, quien debía convocar a elecciones de inmediato.
Manuel Candamo fue un hombre culto, tradicional y moderno, creía en las instituciones de la República, luchó porque hubiera honestidad y eficacia y se esforzó porque el progreso que había en Europa se acercara al Perú. Aunque estudió Derecho en San Marcos, fue un buen economista muy ligado a su vocación que fue la del político, del hombre de Estado..
Bibliografía:
- El Perú desde la intimidad epistolario de Manuel Candamo (1873-1904) / José Agustín de la Puente Candamo y José de la Puente Brunke, editores
- Historia de la República del Perú de Jorge Basadre
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