En la esquina de Mercaderes y San Pedro estaba la famosa fuente de soda las Gotas Amargas de "larga vida" del desterrado polaco don Leonard Jaworsky, un bebedero que ofrecía tragos más que refrescantes y que si uno se descuidaba pues ....... podía salir borracho. Todos los días frente al mostrador montaban guardia Clemente Palma y José Gálvez junto a José Patroni y Julio A. Hernández, es decir, la gente de Variedades y La Crónica. Allí se enfrascaban durante horas en largas tertulias. Frente a las Gotas y sobre el mismo Mercaderes había una inmensa portada por donde se entraba a la redacción de la revista Variedades.
Años atrás, entre los años 1905 y 1908, circulaba en Lima una publicación de lujo que aparecía como un bello álbum pero era demasiado literaria, demasiado severa y muy aristocrática. Prisma fue fundada por Manuel Moral, Julio A. Hernández y Clemente Palma. Se llamaba así porque, según Hernández, "cada articulo es la manera de ver, personalísima, de cada autor; porque todo es según el color del cristal con que se mira". La revista se vendió durante tres años junto a Candideces, El Fígaro, Aplausos y Silbidos, gozaba de una amplia publicidad y fue premiada con una medalla de plata en la Exposición de Milán de 1906. Al poco tiempo de fallecer Hernández, Moral y Palma acordaron transformarla en Variedades, que fue conocida luego como "la sucesora de Prisma".
Manuel Moral era un portugués con ciertos aires de don Juan y que, como buen fotógrafo que era, le gustaba pararse en la puerta o bajo alguna sombra junto a Clemente Palma, para ver pasar a las mujeres pero no con ojos codiciosos sino con esa mirada serena del artista de la fotografía que buscaba la pose y la luz. Palma, el hijo mayor del tradicionalista don Ricardo Palma, tenia más bien una mirada melancólica y, según Federico More, satánica, un poco agresiva un poco tímida. Sin embargo, Clemente Palma era una buenísima persona. Fumador empedernido, sus preferidos eran los Zuzini, unos cigarrillos largos del color del chocolate. Su figura era larga, su cara muy pálida, feo y sus cabellos crespos. Ambos usaban grandes mostachos.
A Prisma la reemplazó la revista Variedades, su número prospecto o el cero dejó entrever que se trataría de una revista muy distinta a Prisma, más ágil, más entretenida, más colorida, más popular; sin faltar la información política y social. Salió el 29 de febrero de 1908 y su primer número oficial una semana después, el 7 de marzo apareciendo en el encabezado el año IV, dando a entender que era la continuación de Prisma. Variedades era un semanario de hojas finitas que todos los sábados se vendía en las principales librerías y en los puestos de periódicos. Se imprimía en la casa Editora M. Moral La Crónica y Variedades. Circuló por largos veintidós años y siempre bajo la dirección de Clemente Palma.
Variedades tenia un nutrido grupo de colaboradores de la talla de César Vallejo, Abraham Valdelomar, José Santos Chocano, José Gálvez Barrenechea, José María Eguren, Luis Alberto Sánchez, Leonidas Yerovi, José Carlos Mariátegui, Raúl Porras Barrenechea, Jorge Basadre, Angélica y Clemente Palma, entre muchos otros más. La numeración de sus páginas, al igual que en Actualidades, era continua de una edición a otra y en su portaba había una caricatura de Julio Málaga Grenet, Francisco González Gamarra o José Luis Caamaño. Esto se rompió el 3 de setiembre de 1930, cuando en la caratula apareció una foto de la Junta de Gobierno presidida por Luis M. Sánchez Cerro.
Mundial y Variedades son dos muestras de lo que en artes gráficas y en periodismo revisteril hacían los peruanos en las primeras décadas del siglo XX. Dos muestras que hubieran obtenido notas sobresalientes en cualquier competencia. La calidad gráfica del color es increíble; dos revistas que salían puntualmente cada semana.Aunque era un semanario sin partido, absolutamente independiente, desligado completamente de los partidos políticos y sobre todo, de cualquier político Palma, sin embargo, fue promotor del presidente Leguía durante sus dos mandatos, fue por eso que no sufrió censura alguna durante el oncenio y por eso también su director y el semanario eran reconocidos como partidarios del régimen. Variedades desapareció con el fin del oncenio en 1930.
Fuentes:
- "100 años de periodismo en el Perú", María Mendoza Michilot
- "Oiga, una pasión quijotesca", John Bazán Aguilar, compilador
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