sábado, 5 de mayo de 2018

SABOGAL

"El primer pintor peruano" (José Carlos Mariátegui)
Su afición predilecta era viajar. Cerca a cumplir los diez años, intentó escaparse de su casa para viajar con rumbo a la costa, pero su viaje quedó frustrado. Amigos de sus padres lo regresaron de nuevo a su casa. Quería conocer y pintar el mar. En el año novecientos, recibió una beca para estudiar en un colegio de Trujillo. Era, pues, la oportunidad de ver el mar. "Era como un inmenso vacío con luz de otro mundo. ¡Por primera vez percibíamos el mar. Nuestro corazón se ensanchó ante su visión maravillosa!" Sin embargo, aburrido del colegio trujillano, regresó a su ciudad natal.
José Sabogal Dieguez había nacido por el año 1888 en Cajabamba, al sur del departamento de Cajamarca. Una pequeña ciudad de clima templado, cálido y lluvioso. Más lluvioso en los cálidos veranos que en los fríos inviernos. Jovencito, a los dieciséis años, trabajó en la hacienda Cartavio. Tres años como capataz, le sirvieron para ahorrar el dinero suficiente para cumplir su sueño. ¡El sueño de viajar a Europa! A los veinte años se fue a Lima. Unos días después, partió con rumbo a Panamá, para dirigirse hasta la Ciudad Eterna de Roma. Dos años en aquella ciudad le dieron la oportunidad de estudiar en la Escuela Libre de Desnudo y por las noches, asistir a la Academia Española de Roma.

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Sabogal era un hombre recio y bien plantado. De mediana estatura, sus facciones eran fuertes y su gesto adusto. Andaba de prisa y sonreía de improviso y casi a la fuerza. Sus cabellos eran castaños y ligeramente ondeados. Jamás se le veía airado. Le gustaba leer al poeta del Cantar de los Cantares. Pero en las noches, en esas templadas noches de otoño, prefería leer el Don Quijote y en las cálidas noches del verano, las Memorias de Cellini. Era un trabajador infatigable, y severo consigo mismo, tan severo como su obra. "Artista estricto, hombre grave. Hombre estricto, artista grave".
Parte de Roma en un buque con rumbo a la Argentina. En ese país se venían preparando para los festejos por el Centenario de su Independencia. Entre 1912 y 1918, José Sabogal estudió en la Academia Nacional de Bellas Artes. En ese país se encuentra con un movimiento nacionalista muy fuerte. En Buenos Aires tuvo alguna vinculación con el movimiento anarquista. Y es que en esa ciudad habían artistas, unos italianos y otros españoles, todos con esas tendencias, que se reunían de manera regular. Su primera exposición fue en la Biblioteca Popular de Jujuy donde mostró paisajes de aquél lugar. Parte más tarde por tierra con rumbo al Perú. Sin embargo, a la primera ciudad que llegó no fue Lima, sino, el Cusco. Era 1918, Sabogal andaba por los treinta años. Allí conoció a diversos intelectuales de la época, entre ellos, a Luis E. Valcárcel. Expuso una serie de caricaturas en una de las exposiciones que por esos días realizaba Valdelomar en la ciudad. Parte del Cusco y luego de viajar por su natal Cajabamba, parte más tarde hacia Trujillo donde conoce a Camilo Blas. Meses después, ya en 1919, viaja por fin a Lima para mostrar su arte. Su arte de colores vivos lo mostró en una sorpresiva y muy comentada exposición en la Sala Brandes. La Sala Brandes se ubicaba en la calle Espaderos. En el año veinte, ingresa a trabajar como pintor auxiliar en la Escuela Nacional de Bellas Artes. En la Escuela, junto al pintor Daniel Hernández, quien respetó el estilo y las tendencias de Sabogal, realizó, durante algún tiempo, la labor de maestro de dibujo. Allí, en torno a ese taller crecieron: Julia Codesido, "Camilo Blas", Carmen Saco, Cota Carvallo y Vinatea Reinoso. Para el Centenario de la Independencia, realizó dos portadas de temática criolla para la revista Mundial. Dos portadas en las que quiso probar el aguafuerte y la xilografía. Y para dos relatos de Abraham Valdelomar realizó algunos dibujos y viñetas. Uno de ellos fue para "Los hijos del Sol". Amauta, la revista de José Carlos Mariátegui, aparecida en 1926, el título, luego de muchas discusiones, fue sugerido por el propio Sabogal.

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Sabogal creía difícil la posibilidad de un arte genuinamente peruano. "Tiene estilo propio en los Andes y allí podría surgir el arte peruano si es que los quechuas se salvan de la influencia yanqui y europea".
Sabogal se casó con la escritora María Wiesse, hija del historiador Carlos Wiesse. Con ella tuvo dos hijos. Su viaje de bodas fue a México. Era el año 1922. El arte mejicano confirmó a nuestro pintor en sus ideas sobre el Perú. "No es verdad que de México regresó indigenista; regresó robustecido en su orientación de tal". Arguedas había dicho que Sabogal: "rompió las diferencias entre Lima y las provincias".
"El Gamonal" es una de sus obras más importantes. Expresaba denuncia y protesta social. Y es que cada viaje a cada rincón del país le servía a Sabogal para nutrirse de su gente y de sus paisajes. Admirado por unos y combatido por sus opositores, nadie podrá negarle su acción en lo más característico de la pintura local. Su obra es la más representativa del arte indigenista.

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"El más fuerte, consistente y masculino de los jóvenes pintores peruanos". (Teófilo Castillo)
De no haber sido un pintor le hubiera gustado ser un escultor. Pero lo que si no le gustaba eran las farsas ni los convencionalismos. Y sobre la vida, Sabogal pensaba que, "los hombres han hecho monótona y vulgar la vida, rodeándola de artificios y complicaciones. Pero qué cosa más bella que la vida en su sencillez y en su verdad y qué aventura más interesante que la aventura de la existencia".
Todo el Perú sintió la partida, en diciembre de 1956, de este, nuestro pintor José Sabogal.

Fuentes:
- Revista Variedades
- Sucedió en el Perú, José Sabogal
- Historia de la República del Perú, Jorge Basadre
- Testimonio personal, Luis Alberto Sánchez

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