miércoles, 26 de julio de 2017

LA CASA DE LA CASCADA DE FRANK LLOYD WRIGHT

"En un hermoso bosque se alzaba junto a una cascada una plataforma sólida y alta de roca, y parecía que lo natural era construir la casa encima, en forma de voladizo, sobre la caida del agua ........ Además estaba el cariño del señor Kaufmann por ese bonito lugar. Le encantaba el sitio sobre el que la casa estaba construida y le gustaba oir el sonido del agua. Esto se convirtió en el principal motivo del diseño. Creo que puedes oir la cascada cuando observas el diseño". Frank Lloyd Wright

Localizada en un lugar privilegiado en la Reserva Natural Bear Run del Condado de Fayette en el Estado de Pennsylvania - a 80 kms al sureste de Pittsburgh -, "The Fallingwater" o "La Casa de la Cascada", se ha convertido en casi setenta años en una de las obras maestras de la arquitectura moderna por excelencia.

Esta majestuosa obra, de estilo arquitectónico orgánico, lo que significa que hay una armonía entre el habitat humano y la naturaleza, fue diseñada por el arquitecto norteamericano Frank Lloyd Wright (1867-1959) entre 1934 y 1935, la vivienda venía a sustituir una cabaña muy deteriorada en donde Edgar Kaufmann, su esposa Liliane y su hijo Edgar Jr. - dueños de un almacén de departamentos en Pittsburgh - solían pasar los fines de semana y que fue imposible restaurar, por lo que decidieron levantar una nueva casa de campo. Los Kaufmann llamaron al arquitecto Wright para que les hiciera el diseño. Wright, en esos momentos se encontraba abocado en el diseño de su Broadacre City; por lo que el proyecto se fue demorando; lo que sucedió fue que unos meses después, el arquitecto recibió la noticia de que Kaufmann lo iría a visitar a su estudio para ver cómo iba el avance; por lo que tuvo que, en unas pocas horas, preparar unos bocetos a lápiz además de los primeros planos de la casa sobre la cascada. Sin lugar a dudas que para el diseño, el arquitecto se inspiró en la belleza del paisaje natural con el arroyo donde el agua fluye con calma y libertad. 

"Diseñada para la música de la cascada para quien le gusta oirla"............ 

La única manera de acceder a la vivienda es por un camino en pendiente que cruza el arroyo del Oso a través de un puente suspendido desde el lado sur. Las mismas rocas del terreno sirvieron, no solo como cimentación de la residencia Kaufmann, sino también, para integrarla al entorno y para la mampostería de la fachada de la parte baja de la vivienda. Así también, Wright creó una progresión desde la roca natural del suelo hasta el hormigón de las paredes de las plantas altas; pero no solo la fachada es de piedra natural, también los ambientes interiores, como la sala de estar, el estudio o los dormitorios son del mismo material. 

"Quiero que viváis con la cascada, no solo que la miréis sino que se convierta en parte integral de vuestras vidas".

Wright, a fin de no causar un impacto en el medio ambiente, utilizó pocos colores en la composición de la casa, empleó el ocre claro para los voladizos y el rojo "Cherokee" para los perfiles de acero que sujetan los cristales transparentes de las ventanas, ventanas que en algunos casos crean una doble altura al pasar de una planta a otra; todo el piso es de loseta de piedra natural. La vivienda se distribuye en tres plantas cuyas alturas son bajas, para que el protagonismo recaiga sobre las vistas al exterior. Existe un volumen vertical que es donde está la chimenea, sin embargo, la mayor parte de los volumenes se extienden en forma horizontal con prominentes voladizos y amplias terrazas que aprovechan el hermoso paisaje que las rodea donde el verde de los árboles invade todo el interior y donde el fluir del agua se escucha por todos los rincones. Cada estación del año es una postal diferente, siendo las más famosas las de otoño e invierno.

La vivienda se construyó entre los años 1937 y 1938, tuvo un costo de $ 155,000. Cuentan que al parecer el señor Kaufmann desconfío del cálculo estructural y, secretamente, aumentó el acero, lo que motivó la ira del arquitecto por su falta de confianza. Sin embargo, Wright se equivocó en el cálculo estructural pues gracias a ese acero extra los voladizos no se derrumbaron. Años más tarde, en el 2002, se tuvo que realizar un postensado pues el volado presentaba una deflexión de hasta 20 centimetros, esto logró estabilizarlo pero tuvo un costo exorbitante de $ 11,5 millones, prácticamente diez veces más del valor inicial.   

Cuando el matrimonio Kaufmann murió, el hijo, Edgar Jr., donó la Casa de la Cascada, junto con algunas hectáreas circundantes, a la asociación Western Pennsylvania Conservancy. En 1996 fue declarada Hito Histórico Nacional y hasta el 2011 la Casa de la Cascada recibió a más de cuatro millones y medio de visitantes. Este año 2017, se conmemoran ciento cincuenta años del nacimiento del arquitecto Frank Lloyd Wright.

Bibliografía: "La Casa de la Cascada"