El Convento de los padres dominicos -la primera orden que llegó al Perú en el año 1532- es uno de los más antiguos de Lima, se fundó el mismo día de la Fundación de la Ciudad de los Reyes. El claustro principal es muy bonito con sus grandes corredores formados por sobrios arcos de medio punto sobre pilares cuadrados forrados con treinta mil bellísimos azulejos sevillanos y sobre estos azulejos, a manera de un friso y hasta alcanzar los finos tallados del techo, se desarrolla una serie de óleos que ilustran la vida de Santo Domingo; sus pisos de ladrillos rojos, su preciosa pileta central -se afirma que en ella San Martín "lavó" un pan que tenía azúcar rubia para obtener un pan hecho con azúcar blanca, que era como lo deseaban los padres del convento- y los retablos barrocos a cada extremo de los corredores colocados en el año 1615, completan la magnífica y lujosa perspectiva de estos claustros. Otro ambiente del Convento es la Sala Capitular, esta Sala fue por dieciocho años local de la Universidad de San Marcos desde su fundación, en 1551. Otro ambiente de este Convento es la Sala de Recibo con tiene un bello techo artesonado formado por más de tres mil piezas; se dice que en esta sala el dominico Bernardo Alcedo, estrenó para su comunidad el Himno Nacional.
El rincón donde se encuentra la Plazuela con sus balcones corridos, el Convento y la Iglesia de Santo Domingo es uno de los más bonitos de la capital. Se trata de la esquina de los jirones Camaná y Conde de Superunda -antes llamado Veracruz-, que allá por el año 1613, se denominaba "Calle de Santo Domingo", porque sobre uno de sus frentes estaba la puerta principal del Convento Grande del Rosario de Santo Domingo.
La Iglesia fue comenzada mucho después del Convento y desde 1680 sólo conserva lo macizo de su estructura original pues el terremoto de 1687 la destruyó completamente, iniciándose la construcción de la actual que estuvo a cargo del alarife dominico Diego Maroto. Una obra de arte y de bastante originalidad es la torre; se cree que fue diseñada por el Virrey Manuel Amat y Juniet por el año 1764, la torre tiene algo de rococó austriaco y algo de oriental que la hace ver como una gran talla de madera o marfil y que está coronada por el Angel de la Fama.
"Amat no fue un virrey muy querido en Lima, y eso que contribuyó bastante al engrandecimiento de la ciudad. No poca odiocidad concitose también nuestro virrey por haber intentado reducir el área de los monasterios de las monjas, vender los terrenos sobrantes, y aún abrir nuevas calles cortando conventos que ocupan más de una manzana, pero fue tanta gritería que se armó, que tuvo Amat que desistir del saludable propósito y no se diga que fue hombre poco devoto el que gastó cien mil pesos en reedificar la torre de Santo Domingo, el que delineó el camarín de la Virgen de las Mercedes, costeando la obra de su propio peculio, y el que hizo el plano de la Iglesia de las Nazarenas y personalmente dirigió el trabajo de albañiles y carpinteros".
Su pórtico, de un neoclásico muy simple, ocupa el lugar de la puerta principal de la Iglesia que se comunica con el Convento -donde vivió San Martín de Porres-.A la derecha del Altar Mayor reposan los restos de San Martín de Porres.
Fuente:
- Itinerarios de Lima: Héctor Velarde
- Pinceladas Limeñas: Marco Antonio Capristán
- Tradiciones Peruanas: Ricardo Palma
- Las Viejas Calles de Lima: Juan Bromley
- Itinerarios de Lima: Héctor Velarde
- Pinceladas Limeñas: Marco Antonio Capristán
- Tradiciones Peruanas: Ricardo Palma
- Las Viejas Calles de Lima: Juan Bromley
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