jueves, 5 de octubre de 2017

LOS INICIOS DE LA HÍPICA EN EL PERU

Era el año 1864, un año antes había fallecido el Presidente de la República, el Mariscal Miguel de San Román, la presidencia fue asumida por el vice presidente, el General Juan Antonio Pezet. Era la época del guano, época en que en el país había mucha influencia con las costumbres británicas, sobre todo, en las actividades físicas o deportivas; fue así que ese mismo año un grupo de comerciantes extranjeros, la mayoría ingleses, se asocia con un grupo de jóvenes peruanos para organizar las carreras de caballos. Ya en 1860, un grupo de hacendados en caminos reales, muy cerca de Lima, solía efectuar carreras privadas con caballos criollos con el fin de adiestrarlos para las corridas de toros. La primera carrera de caballos se efectuó en un hipódromo en Bellavista, el 29 se febrero de 1864, aunque no se le podría llamar hipódromo pues no habían tribunas. Los aficionados a las carreras que, poco a poco, iban aumentando, se organizaron en una entidad llamada "Sociedad de Carreras" una especie de primer club para poder organizar las carreras de una manera más ordenada y con su propia reglamentación. Su primer presidente fue Waldo Graña. En 1869, las actividades hipicas se mudaron a las pampas de El Pino en las faldas del cerro El Agustino pero este lugar no les dio buenos resultados. De ahí se mudaron a Meiggs ubicada en La Legua, en un terreno donado por el empresario norteamericano Henry Meiggs. Este hipódromo inicia sus actividades en 1873, fue aquí donde nuestro Almirante, Miguel Grau Seminario, es elegido como juez de llegada en una carrera que se desarrolló en homenaje a la iglesia La Inmaculada. Por aquel entonces también, el hijo de Mariano Ignacio Prado, el Coronel Leoncio Prado, era un respetado propietario de caballos. En 1879, a raíz del inicio de la guerra con Chile, se interrumpen las actividades hípicas en la cancha Meiggs. Muchos caballos que habían participado en las carreras fueron llevados a la guerra lo que trajo como consecuencia que se perdieran muchos cruces que se habían desarrollado. Esta guerra interrumpió muchas cosas en el Perú; en muchos campos; en el político, el social; interrumpió los deportes, las distracciones, los entretenimientos. El Perú se paralizó no solamente durante la guerra sino también por los diez años que siguieron a esta. Nuestro país pudo recuperarse de alguna manera a partir de la década de 1890, sobre todo, con el triunfo de Nicolás de Piérola después de la guerra civil en 1895.
La reconstrucción nacional luego de la guerra trajo el reinicio de las actividades hípicas. La antigua "Sociedad de Carreras" pasó a llamarse "Jockey Club de Lima". Su primer presidente fue Ricardo Ortiz de Zevallos Tagle. En esta etapa de reactivación de la hípica destacó la figura de Augusto B. Leguía, uno de los principales promotores de la construcción de un hipódromo de categoría en Lima. Él incluso financia unas publicaciones en El Comercio para pedirle al Congreso Extraordinario de la post guerra le cediera al Jockey Club de Lima los terrenos para la construcción de un nuevo hipódromo. Las gestiones de Leguía tuvieron buenos resultados pues el Estado le concedió, a manera de préstamo por 99 años, un terreno ubicado en el Fundo Santa Beatriz muy cerca del aristocrático Paseo Colón. Es así que el 11 de junio de 1903, se inaugura el nuevo Hipódromo de Santa Beatríz, un local muy elegante con un diseño muy especial, una mezcla entre morisco y afrancesado acorde para la aristocracia limeña que no dejaba de concurrir cada domingo. El presidente del Jockey Club de Lima de ese entonces, Alfredo Benavides, nombró como padrino al alcalde de Lima, Federico Elguera. Desde 1903, se pudo disputar un Derby Nacional.
Fuente:
- Sucedió en el Perú
- Historia de la República del Perú, Jorge Basadre

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