lunes, 2 de octubre de 2017

EL PARQUE DE LA RESERVA

"Con viva satisfacción inauguro el Parque de la Reserva uno de los más bellos entre los que engalanan las metrópolis de Sudamérica y, sin disputa, la obra maestra de nuestros esfuerzos por embellecer la que hasta ayer fuera solamente la ciudad de la tradición y de la leyenda". 

Estas fueron parte de las palabras del Presidente Augusto B. Leguía el día de la inauguración del Parque de la Reserva llevada a cabo en la fecha de su cumpleaños, el martes 19 de febrero de 1929. Para la inauguración de este recinto se preparó un programa musical y coreográfico a cargo del maestro Fava Ninci; que condujo con acierto a los elementos de la Academia Nacional Alzedo quienes ejecutaron números de danzas clásicas y folclórica luego de terminada la ceremonia. 

Para la realización de la obra, que contempla un área de ocho hectóreas, se formó, el 4 de junio de 1926, una "Comisión Ejecutiva del Parque de la Reserva" y estuvo presidida por el Director de Minas del Ministerio de Fomento y Obras Públicas, el ingeniero Alberto Jochamowitz. Para este fin, se preparó un primer plan general que fue sometido a la aprobación del Presidente Leguía es así, que el 24 de diciembre de ese mismo año, se inician las obras para el nuevo parque. Labores que se llevaron a cabo hasta un día antes de la inauguración no habiendo tenido ningún día de interrupción.

"La población de Lima -continua Leguía- aumenta todos los días. Ya se han de sentir los efectos de las grandes aglomeraciones urbanas que buscan lugares apropiados para respirar el aire puro y para solazar la mirada en los jardines y en los bosques. Este parque, en cuya construcción no se ha omitido ninguno de los detalles que aconseja la estética urbana, viene, pues, a satisfacer una necesidad vital. Como muy bien se ha dicho, representa para nuestra urbe lo que los pulmones para el hombre".

Todo este proyecto de darle a Lima un pulmón y un lugar de esparcimiento, se inicia en diciembre de 1921 cuando se expide la ley que transformó el antiguo sector agrícola de Santa Beatríz en el barrio residencial que hoy conocemos. Por decisión del Presidente Leguía este lugar fue bautizado como Parque de la Reserva en honor a las tropas reservistas que participaron durante la Guerra con Chile en la defensa de la ciudad de Lima en las batallas de San Juan y Miraflores. 

Por su parte el ingeniero Jochamowitz menciona en su discurso:

"El terreno que elegisteis -dirigiéndose al Presidente Leguía-, por su posición  privilegiada, por su belleza y por sus admirables virtudes era hace dos años un centro maravilloso para trazar, dentro de él, un vasto plan de avenidas, para matizarlo con fuentes y parterres; pérgolas y sombrillas de arbustos con canastillas de flores y todos los variados y pintorescos elementos que constituyen un parque esencialmente moderno". 

La ubicación del parque no podía ser mejor pues muy cercano a él había una hermosa alameda de altos y frondosos ficus, majestuosos fresnos y, además, estaba muy cerca a las Plazas Washington y Sucre y a la elegante avenida Leguía, inauguradas pocos años antes.  

El arquitecto francés Claude Antoine Sahut fue el autor del diseño de la pérgola, de color piedra y estilo Neoclásico con sus capiteles y los arcos "elancés". La obra en cemento armado estuvo a cargo del ingeniero Ricardo Valencia. La Huaca ornamental -inspirada en temas incaicos- fue obra del maestro José Sabogal. La fuente de azulejos sevillanos bordeada de esculturas incaicas de Vásquez Paz además de otras esculturas de los artistas Casafranca y Pozo que pusieron cada uno su sello personal en las diversas esculturas que realzan las fuentes y la logia central. Las grandes extensiones de jardines trazados a la manera inglesa, la riqueza del color y la gran variedad de árboles, todo ese conjunto era una deleite para la vista. 

"Nuestros ediles -continua Jochamowitz- no tuvieron otrora en cuenta que debían inspirarse en el ejemplo de las poblaciones más adelantadas a cuyo prestigio, como es notorio, contribuyen al magnético encanto de sus paseos. Mientras Viena dedicaba a plazas y parques el 25% de su área, Londres el 20%; Lima no alcanzaba ni el 2%. Leguía quiso remediar tal error y satisfacer una necesidad apremiante. Desde hoy, Lima podrá exponer con justa satisfacción, sino con orgullo, ante los ojos de los extranjeros este Parque, que no es inferior a los de Monceau y Mintsouris en París ni al de Saint James de Londres, y que, en Sudamérica, solo ha de ser comparado con el bonaerense de Palermo, al cual no le irá en zaga en cuanto a la belleza".

Desde el 26 de julio del año 2007, funciona dentro de las instalaciones del Parque de la Reserva el Circuito Mágico del Agua, un conjunto de trece fuentes ornamentales controladas por computadoras, una de las cuales tiene un chorro que alcanza los ochenta metros de altura y ostenta el Record Guinness por ser el complejo de fuentes más grande del mundo en un parque público.

Fuente:
- Revista Mundial año 1929


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