"En la cuadra de Juan de Medina, 'Cuatro cositas o Monopinta', tuvo sus casas un Oidor de los últimos tiempos de la Colonia, descendiente del Capitán Jerónimo de Palomeque. Era hombre docto, estudioso, buen conocedor de los recursos legales y prolijo, al punto de encomendársele a él, casi siempre, la redacción de los fallos de vista y de revista. Pero, también, contábase del mismo tal cual travesura interesada, a pesar de su talante muy circunspecto".
LA CASA DEL OIDOR
Sobre un área de 441 metros cuadrados, en la esquina de Pescadería y Arzobispo (hoy jirón Carabaya y el jirón Junín) se encuentra la Casa del Oidor, una de las casas más antiguas de Lima, parte de ella la construyó - a principios del siglo XVII - el tesorero de la Corona, Alonso Riquelme, en dos solares de los cuatro que tenía la manzana. Hay documentos en referencia a un pleito que Riquelme sostuvo, al parecer, con el Cabildo, por haberse dado una disposición que prohibía poseer más de un solar en un lugar tan preferencial. Se le llama Casa del Oidor, por haber sido sede de la Administración de Justicia de los Magistrados letrados, nombrados por el Rey, encargados de escuchar, conjuntamente con el gobernante, las quejas del pueblo, así también, resolvían los problemas de la ciudad.
"Un litigante en trance de perder juicio de gran importancia, consultó el caso con amigos y no faltó quién le aconsejara intentase convencer con argumentos, de buena ley y peso en gramos, al magistrado. Se puso de gala y luego se almorzar se encaminó, a la hora de la visita, a golpe de las cinco de la tarde a la casa del Oidor. Así, inició con las zalamerías de estilo, una exposición vehemente del caso, pero sin atreverse el peticionario al planteamiento de su píldora".
Al inicio esta casona, que mantiene su arquitectura original, era de un solo piso, pero con el paso del tiempo, se levantó una segunda planta y se agregó un balcón esquinero, el balcón que hoy conocemos y que es uno de los más largos de la capital y que incluso mantiene el mismo color verde que lucía cuando se construyó.
Cuenta Ricardo Palma, que se había "colado" en la ciudad Francisco de Carbajal, puso en prisión a varios sujetos amigos del Virrey Blasco Núñez de Balboa, y ahorcado a otros dos. Carbajal previno caritativamente a los vecinos de Lima que estaba resuelto a seguir ahorcando prójimos y saquear la ciudad, si no se aceptaba por gobernador del Perú a Gonzalo de Pizarro, quien, con todo su ejército, se encontraba esperando la respuesta a dos leguas de camino. Tres Oidores, entre ellos un tal Zárate, convocaron a los notables en el Cabildo. Después de discutir muy a la ligera pues no habia tiempo que perder en largos discursos ni en flores de retórica, se extendió un acta reconociendo a Gonzalo por gobernador. Cuando le llegó el turno de firmar al Oidor Zárate - quien era ya un viejo chocho - empezó por dibujar una cruz y bajo de ella, antes de estampar su garabato, escribió: Juro a Dios y a esta cruz y a las palabras de los Santos Evangelios, que firmo por tres motivos: por miedo, por miedo y por miedo".
El 28 de julio de 1821, la comitiva presidida por don José de San Martín y su Estado Mayor, después de la Proclamación de la Independencia, se trasladó a la Casa y se asomó a los balcones para recibir la ovación del pueblo.
Cuenta la tradición también que allí funcionó un mesón por un tiempo, recibiendo el nombre de "Esquina de Mundo, Demonio y Carne", por las cortesanas que en los días de corridas de toros solían espectarlas gratuitamente desde ahí. Corridas que se llevaban a cabo en la misma Plaza de Armas.
Fuente:
- Lima que se fue
- Ricardo Palma, "Tradiciones Peruanas"
- José Gálvez, "Calles de Lima y Meses del Año"
- Lima que se fue
- Ricardo Palma, "Tradiciones Peruanas"
- José Gálvez, "Calles de Lima y Meses del Año"
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