martes, 3 de octubre de 2017

EL PALACIO DE TORRE TAGLE


"Tagle se llamó / quien a la sierpe mató / y con la infanta casó"
En esta mansión tuvieron su residencia los Marqueses de Torre Tagle. El primer Marqués, el que edificó la mansión, fue Don José Bernardo de Torre Bracho y Pérez de la Riva, nacido en Ruiloba, Santander, España; casado en Lima con Doña Juliana Sánchez de Tagle y Velarde. No se sabe el nombre del arquitecto que la diseñó pero señala el arquitecto Héctor Velarde que en su diseño "los aportes andaluces, moros, criollos y aún asiáticos de este edificio, se armonizan con incomparable encanto".
El Palacio de Torre Tagle -sede del Ministerio de Relaciones Exteriores- se ubica en el 363 del jirón Ucayali, jirón que allá por el año 1613, era conocido como: "la cuadra que comienza después de la cruz de la Iglesia de la Compañía de Jesús, donde vive doña Grimanesa de Mogrovejo".
La construcción se inició antes del terremoto que asoló Lima en 1746 por Don José Bernardo de Torre Bracho y Pérez de la Riva, la obra fue continuada después de este terrible terremoto por su hijo, Tadeo de Tagle Bracho y Sánchez, segundo marqués de Torre Tagle, abuelo del mariscal José Bernardo de Torre Tagle y Portocarrero, cuarto marqués de Torre Tagle y segundo Presidente de la República, a partir del 17 de julio de 1823. Su arquitectura suntuosa y elegante conserva lo tradicional del siglo XVII. Su fachada, su portada, además del estilo de sus balcones no dan a notar la influencia francesa que por entonces se iniciaba. Su portada labrada en piedra contiene el escudo nobiliario de la familia. La puerta de madera, está decorada con clavos de bronce además la acompañan dos aldabas de regular tamaño. Su zaguán es un espacio de transición, en su techo se muestran cuatro arcos rebajados esculpidos en piedra; el arco que comunica el zaguán con el patio principal tiene en su parte superior una alegoría sobre la eterna lucha entre el bien y el mal. Completan este ambiente los zócalos con sus hermosos azulejos que dan a todo este ambiente una atmósfera de encanto. De encanto es el patio interior -amplio y luminoso- que a simple vista parece de mayor amplitud, esto debido a que los corredores de la planta alta no están soportados por columnas sino por ménsulas voladas que aumentan el espacio libre. En uno de sus ambientes se puede apreciar un precioso dintel en forma de concha, símbolo del Barroco limeño, que solo podían usar los conventos y las familias nobles de la Ciudad de los Reyes.
Sus hermosos balcones de estilo Mudéjar del siglo XVII, finamente tallados en madera oscura y que en alguna ocasión fueron dorados, servían, en épocas pasadas, "para tomar el fresco, de sombra, de intimidad. Por su amplia y disimulada vista, era un sitio para estar en la casa y atisbar, al mismo tiempo la ciudad".
La distribución de sus ambientes interiores guardan con precisión el estilo de la típica casa virreinal, en la que se puede apreciar sus tallas de yeso trabajadas, magníficos azulejos, sus barandales de balaustres torneados; además de rejas, muros cubiertos de sedas y brocados y techos de madera finamente tallados y de anchas tablas de madera de roble también son sus pisos.
El Palacio de Torre Tagle es una de las mansiones más bellas y de buen gusto del Centro Histórico de Lima. Fue adquirida por el Estado Peruano en el año 1918 a los herederos de Ricardo Ortiz de Zevallos y Tagle, sexto marqués de Torre Tagle, durante el gobierno del Presidente José Pardo y Barreda. Fue recién al año siguiente, siendo presidente Augusto B. Leguía que la mansión adquiere el realce que hoy ostenta. En esas épocas, sus paredes estaban cuarteadas, sus puertas en mal estado, los techos y pisos deteriorados. La primera impresión era la de una casa camino a la destrucción en muy corto plazo. El presidente y el Canciller de ese entonces, Alberto Salomón Osores, pusieron toda su pasión y empeño para llevar a cabo la tarea de restauración. El propio Canciller Salomón vigilaba todos los trabajos, se fijaba en cada uno de los detalles para darle la prestancia que merecía la mansión. Durante el Oncenio se adquirió también el mobiliario, las pinturas, los tapices, las lámparas.
Sin duda, el Marqués de Torre Tagle tuvo muy buen gusto.
Fuente:
- Itinerarios de Lima, Héctor Velarde 
- Casa Peruana, Fundación BBVA 
- Lima 1919 - 1930 la Lima de Leguía, Fundación Augusto B. Leguía 
- Las Viejas calles de Lima, Juan Bromley












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