Los espaciosos claustros de la casona de San Marcos, aquellos que fueron recorridos tantas veces por mi abuelo Edgardo cuando era estudiante de Derecho y Ciencias Políticas hasta antes de 1922; con su pileta central, sus jardines y sus palmeras, han sido testigos de muchos incidentes estudiantiles. Uno de ellos ocurrió en 1923, el año de la primera reelección del presidente Leguía. El incidente sucedió al intento de consagrar la República al Corazón de Jesús. Fue ahí que aparece la figura de Victor Raúl Haya de la Torre, el fundador y líder máximo del aprismo. La agitación provocada por el líder estudiantil, fue avalada por las autoridades universitarias que desfilaron por las calles, con el rector de ese entonces a la cabeza, el doctor Manuel Vicente Villarán, cuya candidatura presidencial ya se voceaba con insistencia por algunos rincones de la casona, pero se frustró por la reelección de Leguía quien había sido proclamado -a su regreso a Lima en 1918- "Maestro de la Juventud".
Tres años antes del incidente, en 1920, se aprobó una ley de reforma universitaria que permitía el despido de profesores incompetentes, la ley también les otorgaba voz a los estudiantes en los temas relacionados con la universidad, esto les permitía elegir un miembro del consejo universitario. Estas acciones, aunque hicieron posible que Leguía mantuviera el apoyo estudiantil de manera temporal, trajeron también otras consecuencias inesperadas. El líder estudiantil, Haya de la Torre, decidió fundar las Universidades Populares González Prada. En este proyecto participó también José Carlos Mariátegui. Esto les daba la oportunidad a los obreros de acceder a la educación que, en muchas circunstancias, les era negada. En realidad, estas universidades populares también difundían ideas radicales que el presidente Leguía consideraba muy peligrosas. Es por eso que fueron rápidamente suprimidas. La propia universidad fue intervenida. La mayoría de los profesores sanmarquinos suspendieron sus actividades y la universidad estuvo cerrada hasta 1922, año en que reabre sus puertas con el doctor Manuel Vicente Villarán como rector.
Tras el incidente de 1923, Haya de la Torre y varios lideres estudiantiles fueron deportados.
Años después, en 1928, Leguía concurre acompañado de su Gabinete a recibir el grado de doctor Honoris Causa en Ciencias Matemáticas, Físicas y Biológicas. Un año después, inaugura el año académico en San Marcos en una solemne ceremonia. Leguía, con su banda presidencial, va en carroza de cuatro caballos y escolta de lanceros; a su alrededor están los catedráticos -todos vestidos de un elegante frac y corbatas blancas-, todos lucen sus palmas magisteriales con cintas multicolores que identifican las facultades a la que pertenecen. Un joven Jorge Basadre, de quien Luis Alberto Sánchez ha dicho que era "algo más que historiador", pronuncia un discurso considerado uno de los mejores que se hayan escuchado en el Aula Magna de San Marcos, que había sido antes la capilla de Nuestra Señora de Loreto.
Pero también ocurrieron grandes protestas estudiantiles al concluirse los tratados de Colombia y Chile. Luis Alberto Sánchez menciona: "los sanmarquinos salimos a las calles en bulliciosas manifestaciones, vistiendo corbatas negras en señal de duelo".
Fuente:
- La Política en el Perú del siglo XX, Henry Pease García y Gonzalo Romero Sommer
- Catálogo de la Literatura Peruana publicada en la revista Mundial
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