En la margen izquierda del río Rímac se encuentra uno de los edificios más lindos de Lima es, la Estación de Desamparados, edificacion diseñada por el arquitecto peruano Rafael Marquina y Bueno en el año 1912.
José Rafael Ernesto Marquina y Bueno, nace en Lima en febrero del año 1884. Su padre fue el capitán de navío José Manuel Marquina y Dávila y su madre Isabel Bueno y Ortiz de Zevallos. Tuvo cuatro hermanos. Sus primeros estudios los realiza en el Colegio Congregación de la "O" para, años después, finalizarlos en el Colegio Nuestra Señora de Guadalupe. En 1902, viaja a los Estados Unidos donde trabaja como dibujante en una fábrica de locomotoras en el Estado de Filadelfia. Dos años después inicia -como él habría de mencionar más tarde, gracias a la generosidad de su hermano, el ingeniero Luis Guillermo- estudios de Arquitectura en la Universidad de Cornell, en el Estado de Nueva York; allí, Marquina obtuvo diversas medallas por su calidad de trabajo como la "Gargoyle", "La Tertulia" y "Sands Medal". En 1909 concluye sus estudios, retornando luego al Perú; ese mismo año, ingresa a trabajar al Ministerio de Fomento y Obras Públicas. Es ahí que le encargan finalizar las obras del Colegio Nuestra Señora de Guadalupe. Llega 1911, transcurre el primer gobierno del Presidente Augusto B. Leguía; es una época en que se desarrollan una serie de obras públicas por parte del Estado y es en ese momento también, que la empresa The Peruvian Corporation Ltd. -la empresa encargada de administrar los ferrocarriles por aquella época- le encarga a Marquina el proyecto de la Estación de Desamparados.
Hasta antes que se construya la Estación de Desamparados -ubicada al final de la antigua calle de Pescadera (hoy jirón Carabaya)-, existían en Lima otras tres estaciones importantes, entre ellas, la Estación San Juan de Dios, ubicada en lo que es hoy la Plaza San Martín. La Estación de Desamparados es un edificio de estilo académico francés, fue construida sobre la antigua Estación del Ferrocarril Central del Callao a Cerro de Pasco, una antigua edificación que se incendió en varias ocasiones. Su nombre se debe al Templo y Convento de Nuestra Señora de los Desamparados que se ubicaba al costado y que fue demolida en 1938, a raíz de la construcción del Palacio de Gobierno. Este es un edificio que se integra al espacio que lo rodea. Su diseño, con desniveles entre la ciudad y la orilla del río, permite la circulación fluida de los pasajeros. Para la construcción se utilizaron el concreto armado, así como estructuras de acero, técnicas muy modernas para la época. El interior de la estación es muy bonito y muy cálido, destaca la amplia escalera principal así como la impresionante y hermosa farola de vitrales al puro estilo Art Nouveau que permite que ingrese la luz del sol; además, de las bancas de fierro forjado y madera.
Años más tarde, en 1914, Marquina es designado jefe de la Sección de Obras de la Beneficencia Pública de Lima. Cinco años después, trabaja como docente en la Escuela de Bellas Artes. En 1928, deja la Escuela de Bellas Artes e ingresa a la Escuela de Ingenieros en la Sección de Arquitectos Constructores -hoy la Universidad Nacional de Ingeniería-, creada en 1910, durante el primer Gobierno de Leguía. Por los pasillos de esta sección se cruzó, seguramente, y muchas veces, con mi abuelo. Marquina no sólo fue notable como profesor sino que era una persona muy amena, generosa y bastante conversador, le gustaba mucho contar su "chiste de café". Una mañana, al enterarse que había sido nombrado coordinador de los Talleres de Diseño sin un taller específico a su cargo, de manera mordaz les preguntó a sus alumnos: ¿Ustedes creen que yo no me doy cuenta de que me han dado una patada para arriba? Muchos años después, en 1955, es nombrado Decano de la Facultad de Arquitectura de la Universidad Nacional de Ingeniería.
La Estación de Desamparados, fue la principal estación ferroviaria del Perú hasta el año 2009. Hoy es la Casa de la Literatura.
Algunas de las obras más importantes de Rafael Marquina las podemos ver todos los días; él diseñó el Hospital Arzobispo Loayza, el Puericultorio Pérez Aranibar y quizá las más famosas: los Portales Zela y Pumacahua de la Plaza San Martín y el famoso Hotel Bolívar, construido en tiempo récord, en solo seis meses, pues tenía que estar listo para el Centenario de la Batalla de Ayacucho en el año 1924.
Rafael Marquina fallece en Lima, en el año 1964.
Fuente:
- El Arquitecto Peruano
- FAUA, 100 años formando arquitectos en el Perú
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